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sábado, 24 de septiembre de 2011

LOS JUEVES LITERARIOS - esta semana ... HISTORIA DE LA CALLE EN DÓNDE VIVO...





Maru sale del laboratorio médico en dónde ha ido a hacerse unos análisis de sangre rutinarios; no le gusta nada. No es que tema a los pinchazos; es que no puede desayunar, y éso, es lo primero que hace cuando se levanta...
Entra en una cafetería que hay en el bajo del edificio en dónde está el laboratorio. Pide un café solo, fuerte, y un croissant. Está abarrotada; mucha gente que a ésa hora también desayuna para luego acudir a su puesto de trabajo. No hay ninguna mesa disponible y la barra está atestada. Así que se toma el café, envuelve el croissant en una servilleta, y dispone comérselo mientras mira los libros expuestos en una librería contigua. Un niño mal vestido y despeinado se acerca y le pide limosna, aunque sus ojos no se despegan del croissant que lleva en la mano.
Vuelve a entrar en la cafetería, pide un bollo relleno de chocolate y se lo dá. Le pregunta si quiere un batido y él con un movimiento de cabeza, dice que no.
Lo sigue con la mirada.
Contrariamente a lo que pensaba, no se come el pastel, sino que se lo guarda en el bolsillo y sigue mendigando.
No entiende la actitud de niño; tiene hijos de ésa edad y sabe que lo primero que harían sería comérselo.
Decide aguardar a ver qué pasa.
Se entretiene mirando distintos escaparates sin perder de vista al niño, que ajeno a todo, sigue pidiendo limosna en la calle, con el pastel en el bolsillo.
A la hora aproximadamente, se acerca una mujer gruesa, de determinada étnia y requiere al niño para que le entregue todo lo que lleva. De sus bolsillos saca algunas monedas que ha conseguido recaudar y el bollo que ella le había comprado. El niño vuelve a quedar en el mismo sitio, con la mano tendida...

Decide seguir a la señora "recaudadora", deseando encontrarse con un policia en el camino. Pero eso no ocurre. En la esquina siguiente, la mujer sube a una furgoneta en dónde hay otras con los mismos rasgos étnicos, y marchan velozmente.
Vuelve a la calle en dónde estaba el niño, pero cuando pretende acercarse a él, huye despavorido.
Se dirige a la comisariía más próxima a denunciar lo ocurrido.
El oficial toma nota de los hechos y le contesta:
-Señora, no se preocupe que estaremos pendientes...
Maru sale con los ojos húmedos de lágrimas...
-Seguro...

Acaba de constatar que en España también hay NIÑOS DE LA CALLE...

- Este hecho es verídico, ocurrió hace más de treinta años, en Palma de Mallorca, ciudad en dónde vivíamos entonces.
Nada nuevo, al contrario...Ahora son una "pandemia" en todo el mundo.
Al abandono, desatención y abuso, se han añadido la droga, la prostitución y las guerras.
LA CALLE; en dónde viven y mueren; al lado de nuestra casa. ¿Hasta cuándo?

Podréis ver y estar en otras calles, en el blog de Gus

36 comentarios:

Chus dijo...

Después de 30 años, no solo no se ha arreglado el problema sino que se ha agravado.
Tu historia me ha hecho recordar muchos años atrás, cuando yo iba al colegio y a la salida del colegio había una ciega con su hijita, onlo que fuera, tb ciega pidiéndo limosna. Y es que utilizar a los niños para "dar pena" ha existido toda la vida. Esa explotación infantil, que hoy en día se sigue viendo, debería Estar penada con multas importantes.
Besos, como siempre dejas al descubierto tu solidaridad y tu gran corazón.

rodolfo dijo...

la mejor ayuda que puede dáseles es NO ayudarles. Todo esto es una locura, las palabra trabajo, dignidad o esclavitud infantil, se han tachado de determinadas etnias.

teresa dijo...

Te ocurre lo mismo que a mi cuando tengo que hacerme un análisis, estoy deseando de salir del laboratoria para desayunar, parece que me falta algo.
Por desgracia Maru es una verdadera lástima todo lo que relatas pero ¿tiene solución? creo que no. Si intentas ayudar a estas personas ellas mismas no quieren salir de ese ritmo de vida, son así.
Roguemos a Dios para que algún dia dejemos de ver a estos niños por las calles.
Un fuerte abrazo mi querida amiga.

Un par de neuronas... dijo...

Amiga mía, y esto no ha hecho más que empezar. La miseria que nos vendrá con el nuevo orden que se está configurando me da escalofríos, más si cabe.

Buen finde. Besito.

Alfredo dijo...

La calle, es un mundo donde cabe todo, pasa de todo y la frecuentamos todos.
Triste, pero no iba a ser una excepción.
Es relevante la disciplina (o el miedo) del niño, que pudiendo comerse el bollo, sin que nadie lo vea, lo guarda como botin de guerra, para disfrute de piratas de más rango.

Una vez más la infancia, víctima y esclava de la codicia de los adultos.

Besos

María José Moreno dijo...

Que razón llevas. Ahora esto es el día a día por lo menos en mi ciudad, sobre todo rumanitos.
No se que seria lo mejor para hacer, siempre dudo. Lo que no dudo es de tu magnifico relato que nos ha llevado a una historia vivida y vivenciada por ti.
Besitos

Celia Álvarez Fresno dijo...

Hola, Maru.
Elrelato es como para echarse a temblar. `Pero ha sido así, es y sobre todo será.
Nuestro futuro es bastante negro e incierto.
Podemos hacer algo por los demás, pero ¿podemos cambiar el mundo?
En fin...
Un besito de sábado.

casss dijo...

...el dolor se apodera de las calles, y nos muestra la peor cara del ser humano.

Tu relato-denuncia, siempre en ese tono respetuoso e inquisidor que nos deja reflexionando... Pero de lo que se trata de hacer más y más...y más, en favor de la gente que sufre.

Un fuerte abrazo, Maru.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
CARMEN ANDÚJAR dijo...

Tienes razón, nadie hace nada y ahora con la crisis, menos se preocupan, cierran los ojos y que Dios les ampare.
Una historia muy bonita
Un abrazo

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Una rumana me pedía dinero antesdeayer, llevaba un niño en un cochecito. El niño era muy pequeño y tenía afortunadamene buen aspecto. El tono cetrino de la piel de esta mujer denotaba claramente su etnia. Era gitana. Me daba explicaciones que no entendía muy bien a propósito de la salud de su reclamo infantil. Como si alguien ya le hubiera hecho algun reproche.
Le dí alguna cantidad no sin sentir gran desazón. A quien utiliza niños en ningún caso se debe.
La miseria se hará cada vez menos invisible, porlo demás según la actual crisis avanza.
A mí me asusta la pasividad. Me inquieta mi propia falta reaccion ante el peligro de una gran crisis social. Los recursos que yo pongo a disposición de los demás junto con otros muchos no son suficientes nunca. ¿De verdad pasó ya hace treinta años esto que nos cuentas?
¿Pero perdura todavía?
Si así ha recultado, han sido éstas tres décadas perdidas?
Afortunadamente la mendicidad de nuestros connacionales disminuye e incluso desaparece. Lo aprecio en ciudades grandes de nusstro pais y en pequeñas.
Pero el mundo, solo es uno. Las fronteras políticas se desmoronan.

Hay otros artículos tuyos que me interesan y sorprenden por su calidad. Así, ese de "planchado de senos en adolescentes en Camerún".
También aquel de las Slow Cities de las que no tenía noticias, me interesa mucho.

Tésalo

Cabopá dijo...

Es un tema peliagudo el que nos traes hoy,...Este verano he visto en la playa a los mismo que en invierno veo en la ciudad (sentadas las mujeres a la puerta de Mer...dona)
Son una mafia que se mueven al pairo de los que los explotan....Y nada hace nada por ellos ni ayuda, ni expulsión. ¿A qué se dedican los alcaldes? A limpiar las calles para las fiestas.
Besicos.

Manuel dijo...

Querida Maru, todos los dias en determinados puntos de mismo diario trayecto veo las mismas imagenes. a veces los protagonistas son los mismos, otras cambian pero el cartel que portan sigue siendo el mismo. mafias, grupos organizados, los peores los que utilizan menores, ahi la Ley debería aplicarse con dureza y sin paños calientes sobre los responsables. la única solución eficaz, la denuncia tanto pública como judicial y el apoyo social.
Una lacra abyecta la que nos presentas de dificil manejo.
Un beso

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Querida Maru: antes que nada quiero decirte que valoro y agradezco infinitamente cada una de tus palabras de cariño y consuelo en relación a mi reciente pérdida. Saber que uno es comprendido tanto en el dolor como en las alegrías hace que nos sintamos más cerca y en presencia real de sincero afecto y compañía.
Tanto en tu consuelo como en la narración de esta anécdota puedo adivinar el corazón dadivoso que ocupa tu costado y que te hace tan sensible y comprometida con esta realidad que tanto duele.
Gracias por mostrarte así.
Un abrazo.

Medea dijo...

Dulce Maru, "Tu calle" narra una dura realidad, la más dura, la que tiene como protagonistas a los más débiles, aquí donde vivo desde hace 20 años, no se ve limosnear ni a mayores ni a pequeños pero disiento de ese dicho popular o refrán, no sé, que dice que “ojos que no ven corazón que no siente” porque sé que sin ir más lejos que a Madrid (a 17km)encontraría en cualquier plaza del centro más mendicidad de niños pertenecientes a mafias, de niños prestados-alquilados para la mendicidad (los bebés incluso dopados con medicamentos para que no den guerra) de los que podrían sumar los habitantes de cualquier pueblo cercano. Y aquí aunque no los veas por las calles, sabes que están ahí y duelen…¿Cuándo dejaremos de mirar para otro lado?
Una vez más, tu alma solidaria al pie de tus letras. Un beso grande preciosa.

Rochies dijo...

Hermoso el reato y triste moneda corriente, por lo que atinamos a creer que las soluciones son utópicas. Sin embargo...
Los dueños del poder podrían tomar ciertas precauciones.

Unknown dijo...

Hola amiga, buenas tardes por aquí.

Luego de los comentarios de javier y Verónica Marsá no tengo nada para agregar; salvo felicitarte por la excelente manera en que describiste aquella escena.

Beso grande.
Rik

Carol dijo...

Querida Maru, yo también creo que este caso que tan bién narras no es un caso aislado, cada vez se ven más y es posible que aumente no solo por la crisis que puede llegar a ser la excusa de turno, sí por la injusticia que existe en el mundo, la falta de protección a los débiles, a los niños que son explotados, abusando de su inocencia en todos los sentidos.

Denunciarlo es un paso muy importante y ojalá los poderosos se tomaran en serio la solución, pero ves como pasan los años y en vez de haber menos casos estos aumentan.

Un beso grande para ti. Te felicito por el relato.

XoseAntón dijo...

La realidad duele, demasiado. Pero todo parece indicar que lo que se necesita es la pobreza, la miseria, el dolor, que son las mayores fábricas de infelices dispuestos a obedecer y callar. Ninguna sociedad ha sufrido escasez de amos, lo que siempre se ha necesitado han sido criados.

Bikiños

Any dijo...

Para mi esa escena es frecuente, chicos y grandes mendigando en la calle. La solución no está en la moneda que uno pueda darles, la solución tiene que venir de mas arriba. Sin embargo a veces es difícil negarse, a mi me pasa sobre todo con la gente muy mayor que pide, me conmueven mas aún que los niños.
Lo peor es que a fuerza de verlos continuamente se transforman en parte del paisaje y se hacen invisibles.
Es un tema doloroso y complicado en el que todos debemos comprometernos.
un beso

Matices dijo...

Utilizar los medios que mas sensibilizan para un negocio que no es próspero "pan para hoy y hambre "pa" mañana" decimos por aquí, una rueda repetitiva día a día. Porqué en el fondo no lo es... y jugar con el miedo de un niño para conseguir dinero me parece de lo peor. Pero Maru en según que etnias esto siempre ha sido así y lo peor está por venir una vez los escrúpulos se dejen de lado habrá nuevos pedigüeños y artimañas...

Besos

Recomenzar dijo...

Interesante Fijate lo vivi en Buenos Aires ...algo que no entendia......... Aqui no se ve en Miami Aunque se empiezan a ver mendigos por las calles
Un beso querida escritora

Natàlia Tàrraco dijo...

Maru de mi alma, aprovechaste la calle para mostrarnos las manos del niño tendidas en la calle.
Hoy son multitud, lo dices, y las calles, ayer y hoy, pobladamente indiferentes.
Besitooo, fins ara.

Anónimo dijo...

Te contaré una anécdota, Maru. Mi mujer y yo aún éramos novios. Volvíamos de excursión y una niña nos pidió para comer. Le dimos un bocadillo que traíamos de vuelta y no habíamos andado ni diez pasos cuando vimos como lo tiró en una papelera. Desde entonces, cuando alguien me pide utilizando un niño(y cada día es más frecuente),sistemáticamente me niego aunque me queda la incertidumbre de si no estaré obrando mal ante un caso de verdadera necesidad.
Un abrazo.

San dijo...

La cara amarga de la calle, tu relato lo situas hace treinta años, ¿hemos cambiado? pues no aqui siguen viendose estas situaciones, se denuncian y cambian de escenario. Terrible pero es así, ojala todo fuera disstinto.
Un abrazo Maru,

Tesa Medina dijo...

No puedo estar de acuerdo con los que dicen que lo mejor es no darles nada.

Yo sí les doy, porque si no esas personas que los explotan los maltratarán.

No puedo solucionarlo, pero sí creo que tiene solución si los políticos en vez de pensar en forrarse ellos y sus amigos, idearan políticas sociales que dieran oportunidades a los excluidos.

Si alguien me pide en la calle y no es agresivo no puedo negarme a darle algo, porque yo un euro me lo gasto en una chorrada que no necesito y, ante la duda, prefiero que me engañe a que no coma nada porque soy muy correcta políticamente y voy dando lecciones por ahí a los que no tienen nada.

Los niños deberían estar en la escuela y jugando, me destroza verlos mendigar, pero también trabajar en muchos paises.

Un beso grandote, Maru.

Atalanta dijo...

Que cruda es la realidad que nos rodea, cuantos niños y niñas mal viven a nuestro alrededor. Creo que es nuestra condena, por no querer mirar para otro lado. Maru tu mirada como siempre, al frente.

Besos apenados

Juan Carlos Celorio dijo...

Espantoso.
Si el relato, en lugar de calle, hubeira sido carretera habría contado como desde hace poco más de un año hay una mujer esperando en un lugar absurdo. A veces pienso que ella y el vendedor de melones que está cerca aunque en lugar menos absurdo, se terminarán enamorando.
No sé si ocurrirá, sé que aún hay quien tiene que vender sus encantos para sobrevivir, sea ternura de niño, sean encantos de mujer.
Necesaria reflexión, Maru, un beso.

rosa_desastre dijo...

Una realidad dura que vive en cada calle, esa realidad que nos hace bajar la mirada y sentir impotencia.
Lo peor es acostumbrarse, lo peor es endurecerse, lo peor es que "los de arriba" se cruzan de brazos.
Un beso

MARU dijo...

QUERIDOS AMIGOS. LO PRIMERO, Y COMO SIEMPRE, GRACIAS POR LA RIQUEZA DE VUESTROS COMENTARIOS.
Seguramente me estoy haciendo mayor. Todo lo que concierne a los niños, al poder de cualquier índole que ejerce el que tiene la fuerza, el dinero, el poder, sobre el más débil me resulta nauseabundo.
Cada dia lo entiendo menos. A veces pienso que si alguien de otro planeta nos viera, seguramente ni nos entendería ni se acercaría a nosotros.
Porque salvo en los países que son regidos por regimenes dictatoriales, que por desgracias los hay y muchos, los mandatarios los elegimos nosotros, en la democracia.
Si ellos deben administrar los bienes que entre todos generamos y las leyes que nosotros mismos nos damos, cómo no se terminan éstas cosas...
Nuevamente me toca decir que cada dia sé QUE NO SÉ NADA, me estoy haciendo mayor; eso será.
Un besito a todos, queridos amigos.

Mamaceci dijo...

Maru, la verdad es que uno no sabe bien que hacer. Algunos dicen que lo mejor es ponerlo en manos del estado, pero ese estado gendarme llega siempre tarde, y la verdad es que cuando las papas queman se que es mas efectivo un plato de comida que una oración, o un voto de conciencia, en fín..Gracias por tu reflexión, siempre plena de emoción, sentimiento y denuncia.
Besito

Teresa Cameselle dijo...

Triste historia, triste que un niño tenga que pedir, pero insoportable que lo haga como una forma de esclavitud.
Por mi parte, en mi ciudad hace años que no veo a nadie pidiendo con niños, creo que la gente lo rechazaba tanto que se dieron cuenta de que no sacaban ningún beneficio. Los niños al colegio, que es gratis y están allí bien atendidos, y los padres, si no encuentran otra cosa... En fin.
Un abrazo, Maru.

Unknown dijo...

un jueves que he conocido en persona... sin dudas me conmueve... la realidad es muy cruel siempre... por eso pienso que no hay hombre que pueda tolerar grandes dosis de realidad, siempre tiene que haber algun medio para escapar de la misma... sino nos pudre por dentro. un beso maru...genial lo tuyo!

Susurros de Tinta dijo...

O lo has contado muy bien o tengo el día muy tonto porque aunque las sirenas no lloran a mi se me han saltado las lagrimillas, miles de besossssssss

Sindel Avefénix dijo...

Hola Maru: Antes que nada quiero agradecerte tu comentario, no sé como se hace para responderlos y que te notifiqué, así que te dejé la respuesta en mi blog y por las dudas te escribo aquí también.
Este texto es fuerte, pero real, ya que en mi país pasa lo mismo que describís vos. Es triste y uno quiere hacer algo pero se siente impotente, a veces pareciera que es más la gente a la que no le importa que a la que sí. Una pena amiga.
Con respecto a lo tuyo te deseo que lo pasen hermoso, muchas felicidades y que el disfrute sea total. Espero que a tu vuelta nos reencontremos.
(Si sabés como se hace para responder los comentarios y que el otro se entere por favor enseñame jajajaja Soy nueva por acá y me está costando todo bastante)
Un abrazo gigante, cariños.