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lunes, 26 de septiembre de 2011

LEBLOUH - Mauritania. (OTRA TRADICIÓN) ... Y VAN...




La cruda realidad de la Mauritania más profunda. Centenares de adolescentes son enviadas a granjas privadas para sobre-alimentarse a la fuerza y convertir su insana orondez en la dote de futuros pretendientes. Niñas desde los 5 años son internadas en estas granjas donde forjan sus rollizos cuerpos. La veneración milenaria por la obesidad como símbolo de riqueza ha degenerado en un problema de salud pública en las zonas rurales desde que la Junta militar se hizo con el poder.

La práctica del LEBLOUH o –alimentación forzosa- es una herencia cultural de las tribus patriarcales del interior de África –Malí, Nigeria-; pero también es una vetusta costumbre inherente a otras sociedades tribales en otros tantos continentes.
El siguiente video, fragmento del excelente documental Mondo Cane de Paolo Cavara, muestra una tradición similar en las etnias del pacífico sur (Norte de Australia) de mediados del siglo XX. Las mujeres pretendientes del patriarca son enjauladas como animales mientras se les ceba, durante seis meses, con yuca y tapioca hasta alcanzar el peso que excite al gran jefe (al menos 120 kilos).



El Leblouh está íntimamente ligado a los matrimonios precoces.
Las niñas de nueve, siete, e incluso cinco años son alimentadas a la fuerza por las llamadas “engordadoras” -viejas mujeres de la tribu ilustradas en dietas grasas-, obligándolas a tragar enormes cantidades de mijo y leche de camello o incluso su propio vómito si rechazan los primeros.
Esta práctica es considerada la manera más rápida de acceder al matrimonio sin poseer una dote material que ofrecer al pretendiente. Con ello Mauritania es uno de los pocos países africanos en los que, en promedio, las niñas reciben más alimentos que los niños.

“En Mauritania, el tamaño de una mujer es proporcional a la cantidad de espacio que ocupa en el corazón de su marido” Aminetou Mint Ely, integrista pro derechos de la mujer de Nuakchott

El engorde se realiza durante las vacaciones escolares o en la estación de las lluvias cuando la leche de camello es más abundante. Las niñas son enviadas fuera de sus casas sin entender muy bien por qué. Sufren el tratamiento pero se les convence de que la grasa les traerá su felicidad. Mientras las ceban, las matronas utilizan palos que hacen rodar sobre sus muslos, para romper los tejidos y acelerar el proceso.



Castigos para distraer la mente de las ganas de vomitar.

Con el nuevo despunte de esta tradición el proceso de engordamiento está importando procedimientos occidentales; consumiendo hormonas animales o medicamentos que aumentan el apetito pero con importantes efectos secundarios y que son importados de manera ilegal en el mercado negro mauritano.

La tradición estaba siendo devorada por el peso de la historia y la cordura del progreso hasta que la Junta Militar se hizo con el poder tras un Golpe de Estado el 6 de Agosto de 2008. El nuevo gobierno más conservador y tradicionalista no ha sido reconocido como legítimo por medio mundo y ha recuperado esos viejos hábitos caducos y bastardos que la mano militar está imponiendo ahora en las zonas más rurales allá donde las campañas sanitarias de concienciación no han llegado aún. Según informa la BBC se calcula que el 11% de las niñas del país son sometidas, todavía, a la dieta grasa.



Es interesante darse cuenta del grado de perplejidad que produce esta historia y trivializar con la estigmatización que de la delgadez de la mujer se hace en occidente.

Lo que lleva a la terrible conclusión de que, en ambos casos, se trata de un problema cultural y subjetivo a la concepción de belleza de cada pueblo. Esperemos que el poder de la globalización cultural canalice ambas tendencias en una práctica intermedia más saludable y coherente.

Lo que lleva a la terrible conclusión también de que estamos locos; que siempre pierden los mismos, los débiles.

-Gracias Atlanta, lo descubrí gracias a un comentario tuyo.
(fuentes)
www.elbloginfantil.com/tag/mauritania
leblouh mauritania - wikipedia
www.dailymotion.com/kuriosoblog#videoId=x7xj5p

sábado, 24 de septiembre de 2011

LOS JUEVES LITERARIOS - esta semana ... HISTORIA DE LA CALLE EN DÓNDE VIVO...





Maru sale del laboratorio médico en dónde ha ido a hacerse unos análisis de sangre rutinarios; no le gusta nada. No es que tema a los pinchazos; es que no puede desayunar, y éso, es lo primero que hace cuando se levanta...
Entra en una cafetería que hay en el bajo del edificio en dónde está el laboratorio. Pide un café solo, fuerte, y un croissant. Está abarrotada; mucha gente que a ésa hora también desayuna para luego acudir a su puesto de trabajo. No hay ninguna mesa disponible y la barra está atestada. Así que se toma el café, envuelve el croissant en una servilleta, y dispone comérselo mientras mira los libros expuestos en una librería contigua. Un niño mal vestido y despeinado se acerca y le pide limosna, aunque sus ojos no se despegan del croissant que lleva en la mano.
Vuelve a entrar en la cafetería, pide un bollo relleno de chocolate y se lo dá. Le pregunta si quiere un batido y él con un movimiento de cabeza, dice que no.
Lo sigue con la mirada.
Contrariamente a lo que pensaba, no se come el pastel, sino que se lo guarda en el bolsillo y sigue mendigando.
No entiende la actitud de niño; tiene hijos de ésa edad y sabe que lo primero que harían sería comérselo.
Decide aguardar a ver qué pasa.
Se entretiene mirando distintos escaparates sin perder de vista al niño, que ajeno a todo, sigue pidiendo limosna en la calle, con el pastel en el bolsillo.
A la hora aproximadamente, se acerca una mujer gruesa, de determinada étnia y requiere al niño para que le entregue todo lo que lleva. De sus bolsillos saca algunas monedas que ha conseguido recaudar y el bollo que ella le había comprado. El niño vuelve a quedar en el mismo sitio, con la mano tendida...

Decide seguir a la señora "recaudadora", deseando encontrarse con un policia en el camino. Pero eso no ocurre. En la esquina siguiente, la mujer sube a una furgoneta en dónde hay otras con los mismos rasgos étnicos, y marchan velozmente.
Vuelve a la calle en dónde estaba el niño, pero cuando pretende acercarse a él, huye despavorido.
Se dirige a la comisariía más próxima a denunciar lo ocurrido.
El oficial toma nota de los hechos y le contesta:
-Señora, no se preocupe que estaremos pendientes...
Maru sale con los ojos húmedos de lágrimas...
-Seguro...

Acaba de constatar que en España también hay NIÑOS DE LA CALLE...

- Este hecho es verídico, ocurrió hace más de treinta años, en Palma de Mallorca, ciudad en dónde vivíamos entonces.
Nada nuevo, al contrario...Ahora son una "pandemia" en todo el mundo.
Al abandono, desatención y abuso, se han añadido la droga, la prostitución y las guerras.
LA CALLE; en dónde viven y mueren; al lado de nuestra casa. ¿Hasta cuándo?

Podréis ver y estar en otras calles, en el blog de Gus

miércoles, 14 de septiembre de 2011

CAMERÚN - Otra "tradición" - PLANCHADO DE SENOS


Camerun: Planchado de senos por raulespert

Una de cada cuatro menores del país africano sufre el ‘planchado’ de los senos para disimular la pubertad y evitar violaciones y embarazos
Piedras calientes sobre los senos que comienzan a apuntar. A veces palos de majar el cereal, a veces otros objetos planos, pero siempre ardiendo. Es el planchado de pechos que sufre una de cada cuatro niñas en Camerún. Las madres u otras mujeres de la familia son las encargadas de practicarlo con la creencia de que retrasa el crecimiento del pecho de sus hijas y, por tanto, las aleja de las relaciones sexuales, consentidas o no, las protege de las miradas libidinosas de los hombres y evita tal vez embarazos no deseados.

Hay que apretar fuerte sobre esos pequeños senos que comienzan a desarrollarse. Arriba y abajo, como se plancharía una prenda. Pero es un cuerpecito infantil el que soporta el dolor de estos embates que dañan los tejidos, causan heridas, abscesos, infecciones y, eventualmente, podrían predisponen al cáncer. Día tras día, hasta obtener el resultado deseado. A veces, el medio elegido es el vendaje con telas calientes. Suelen ser varios meses de tortura. Se trata de una tradición antigua en algunas zonas de África del Oeste y más conocida en el caso de Camerún, país que roza los 20 millones de habitantes.

Esta forma de "mutilación femenina", como la califica la agencia oficial de cooperación alemana GTZ, que ha tenido un papel pionero en revelar esta práctica y luchar contra ella, la sufre al menos el 24% de las mujeres en Camerún, según este organismo. A mayor precocidad, mayor riesgo. "Cuanto antes empiece a desarrollarse el pecho, más posibilidades de sufrir esta forma de mutilación. La mitad de las niñas cuyo pecho comienza a desarrollarse antes de los nueve años sufren el planchado", afirmaba un trabajo de GTZ de 2007.

El Departamento de Estado de Estados Unidos, en un informe sobre los derechos humanos en este país de África en 2010, se hace eco del problema en parecidos términos y añade que esta práctica "provoca quemaduras, deformidades y problemas psicológicos".

La agencia germana realizó en 2006 una amplia investigación con encuestas a 5.700 mujeres de 10 a 82 años, que reveló también que la mitad de las niñas cuyo pecho comenzó a crecer antes de los nueve años padecen esta práctica, más frecuente en las ciudades que en el campo. El 53% de las chicas de Duala, la mayor urbe del país, la han sufrido, según el estudio.

A menduo, el doloroso planchado no logra su objetivo protector: muchas chicas se quedan embarazadas, lo que inmediatamente las aparta de la escuela. Se casan o se convierten en madres solteras. Algunas pueden intentar un aborto clandestino (solo está permitido en caso de violación o si peligra la salud de la madre). En Camerún, tres de cada diez mujeres están embarazadas o ya han tenido al menos un hijo al cumplir los 20 años, según GTZ, y solo el 26% de las casadas utilizan métodos anticonceptivos.

La edad para contraer matrimonio está fijada en 15 años para las mujeres, pero según el informe estadounidense, muchas familias casan a las niñas a los 12. Este trabajo también señala el aumento de las violaciones, cuyas víctimas tienen una edad media de 15 años.

Además de los embarazos tempranos, el sida es también una amenaza en Camerún. La incidencia es alta. De cada 1.000 personas entre 15 y 49 años, 53 son seropositivas, según la Organización Mundial de la Salud. La esperanza de vida en este país con un 40% de animistas, otro tanto de cristianos y un 20% de musulmanes, es de 51 años.

Algunos expertos creen que tras la práctica del planchado está el tabú de hablar de sexo con los hijos y que es por ahí por donde podría venir parte de la solución. Precisamente esa es una de las vías que se han puesto en marcha para intentar atajar esta costumbre. Las "tías" (tantines, en el cariñoso diminutivo francés) de las pequeñas son las encargadas. No son de la familia, sino que se trata de adolescentes que han sido madres sin desearlo entre los 12 y los 18 años (algo que se estima que les ocurre al 21% de las chicas).

Encuadradas en más de 250 asociaciones bajo la organización paraguas Renata, unas 15.000 jóvenes han recibido formación para educar a los adolescentes en salud reproductiva y sexual, incluida la prevención del sida. Con el apoyo de la cooperación alemana, las tantines han puesto en marcha en los medios de comunicación la campaña Digamos no al planchado de senos.

En su web (www.tantines.org), las activistas explican con claridad las causas que subyacen tras la sórdida práctica del planchado. "La gente cree que los senos van a atraer a los hombres, que los senos van a empujar a las niñas a tener relaciones sexuales precoces que pueden dejarlas embarazadas, que las niñas pueden crecer normalmente y continuar sus estudios después del planchado, que las niñas no tendrán vergüenza por tener ya pechos", explican.

También abordan las consecuencias de una práctica "que causa mucho dolor y puede destruir los senos completamente", causar un fuerte trauma y provocar problemas fisiológicos.

De pueblo en pueblo, de barrio en barrio, predican contra una práctica que abrasa la pubertad femenina y cuyo secreto se rompe poco a poco.

(Periódico El País)



Después del tema de la ABLACIÓN DEL CLÍTORIS, me encuentro hoy con esta " TRADICIÓN" que desconocía.
EL PLANCHADO DE LOS SENOS…
No puedo con tanto espanto.
Porqué se ha de mutilar a la mujer SIEMPRE, por el hecho de ser mujer. De tener un cuerpo dotado para procrear. Tal vez ésa sea la cuestión; se le mutila para que deje de ser un cuerpo con sus formas y atributos; con las sensaciones y percepciones propias.
¿Es que el machismo tan absurdo y criminal que domina a los que adoptan ésas prácticas mutilantes, acaba anulando toda clase de función como ser humano, incluso la de pensar y razonar?

¿Siempre es la mujer "la culpable!" de cualquier situación en que el hombre deja de ser ser racional y pasa a comportarse como un animal regido por impulsos irrefrenables?

¿No sería mas fácil educarlos, a ellos, a los hombres, en el respeto y conocimiento?
No, claro; entonces dejarían de ser machistas. (hombres y mujeres)

Y qué les llevará a pensar y ser así...¿El miedo a la igualdad, a perder el "poder"?
Seguimos en la prehistoria...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

DESPACITO - NUEVA FORMA DE VIVIR Y DISFRUTAR




La Revolución Industrial y Revolución Tecnlógica, crearon una nueva forma de producir, trabajar y vivir.
Sustituyen la mano de obra artesanal, única y exclusiva, en aras de poner al alcance de todos, todo lo que se pueda producir. Incluso la alta costura, deja sitio al pret aporter.
Se trabaja en cadena, con puestos de trabajo superespecializados.
Esto crea una nueva forma de vida. Todo es más rápido. Hacer todo deprisa; ir angustiado, estresado, metido en una vorágine permanente. Los ejecutivos, yuppies, brokers y demás especialistas en asistir a reuniones, viajar, y tener poca vida familiar.
Aparecen nuevos transtornos mentales y nerviosos derivados de esta forma de vida que por supuesto afecta tanto a hombres como mujeres.

Como contrapunto, aparece un nuevo movimiento para contrarrestar los perjuicios que sin duda esa forma de vida ocasiona.
Se llama MOVIMIENTO SLOW.
El movimiento Slow nació en la Plaza de España romana, en el año 1986. Su nacimiento es indisociable de cierta actitud contestataria en clara oposición a la americanización de Europa.
Cuando el periodista Carlo Petrini se topó con la apertura de un conocido establecimiento de comida rápida en este enclave histórico de la capital italiana, algo se removió en su interior. Definitivamente, se habían traspasado los límites de lo aceptable y entendió, de forma casi visionaria, los peligros que se cernían sobre los hábitos alimentarios de la población del
viejo continente, ofuscado en imitar el tempo vital marcado al otro lado del Atlántico. La respuesta no se hizo esperar, fundándose la semilla del movimiento; Slow Food.
La idea era simple; proteger los productos estacionales, frescos y autóctonos del acoso de la comida rápida y defender los intereses de los productos locales, siempre en un régimen sostenible, a través del culto a la diversidad, alertando de los peligros evidentes de la explotación intensiva de la tierra con fines comerciales.
Tras Slow Food, aparecerían nuevas aplicaciones a otros ámbitos esenciales de nuestras existencias como el sexo, la salud, el trabajo, la educación o el ocio que acabarían por conformar las áreas de influencia del movimiento Slow.
Un nuevo concepto. Disfrutar de lo que se esté haciendo en ese momento; saborearlo.

Slow Cities (las ciudades lentas) en España
El movimiento "Slow" propone tomarse de forma más pausada la vida, siendo selectivos en nuestras actuaciones y plenamente conscientes de cómo invertimos nuestro tiempo. Dentro de este moviminiento, pero de manera independiente, se engloba el Slow cities o Citta slow.

Ocho son las elegidas, por ahora, como ciudades lentas en España y por tanto han pasado a formar parte de la red internacional de éstas.

- Begur, Pals y Palafrugell en Gerona; Mungía y Lekeitio en Vizcaya; Bigastro en Alicante; Pozo Alcón en Jaén y Rubielos de Mora en Teruel.

Estos pueblos ya pertenecen al movimiento Slow Cities en España y en el mundo. Decenas de otros municipios españoles han manifestado su interés de sumarse a esta iniciativa que, indirectamente, tiene su origen en Italia.

Después de cerca de dos años de papeleo y tras superar los requisitos indispensables para pasar a formar parte de la comunidad Slow, España ya es oficialmente miembro reconocido.

Las Slow Cities defienden un ritmo de vida más pausado, manteniendo las tradiciones que identifican a los pueblos, pero sin renunciar a los avances tecnológicos.

Las ciudades lentas han de cumplir con una serie de requisitos tales como no tener más de 50.000 habitantes, no ser capital de ningún tipo y además contar con una legislación respetuosa con el medio ambiente.

Algunas medidas instauradas en las ciudades lentas son la implantación de instalaciones para el uso de energías renovables, la recuperación y protección de la huerta tradicional como patrimonio natural y como parte del paisaje, el control de la emisión de gases nocivos para el medio ambiente... etc

La primera ciudad que predicó con el ejemplo fue Bra, en Italia. En Bra el reloj de la plaza está retrasado 30 minutos y todas las tiendas cierran los jueves y los domingos. Los coches tienen vedado el acceso al centro con el fin de evitar el estrés y cientos de caracoles ( símbolo del movimiento Slow), están repartidos por las calles de la ciudad.

jueves, 1 de septiembre de 2011

LOS JUEVES LITERARIOS - esta semana, DESCRIBIR...



MAS DESCRIPCIONES EN EL BLOG DE GUS

Estoy sentada en la mecedora de mi jardín. Una brisa fresca, releva al calor sofocante de un caluroso día de verano. Miro mis manos apoyadas en los reposabrazos y veo en ellas la imagen de las de mi madre.
Las manos de mi madre...
Recuerdo que cuando ya ella era mayor, me gustaba acariciarlas. Eran de piel transparente, aunque dejaban ver en su superficie unas manchas que denotaban el paso de los años.
Me gustaba mucho acariciarlas, tenerlas entre la mías. Eran de una suavidad única. Cómo si jamás hubieran tocado nada, cómo si no tuvieran ni huellas digitales.
Manos que yo sabía y había visto trabajar; coser, cocinar, limpiar, planchar, pintar, rascar, pulir, fregar, empujar, apoyar, ayudar, proteger, cuidar, mimar, acariciar, sustentar..., y que sin embargo, ahora, parecía que estuvieran aún por estrenar.
Seguramente el tiempo y el uso continuado en llegar a todo, a tanto, las había ido desgastando; y yo no me había dado cuenta.
Seguramente eran el fiel reflejo de lo que estaba pasando en su corazón también. A fuerza de tanto usarlo, cada vez se hacía mas delicado, sensible y vulnerable a lo externo; y yo no me había dado cuenta.
Seguramente por eso esas largas miradas, a veces ausentes; esos silencios..., y yo no me había dado cuenta.
Sí, se me están haciendo las manos como las de mi madre; y ahora, sí me doy cuenta...